martes, 26 de noviembre de 2013

Héroe silencioso



El lápiz siempre fue el héroe,

Escribiendo sin cesar,

Sabiendo que a cada letra

Perdía un poco más.

Un suicida en potencia

Pidiendo a gritos

Que todos los poemas escritos,

Le devuelvan la mina.

El lápiz siempre acabó

En el fondo del cajón,

Entonces ya poco útil,

Porqué no cabía en los dedos.

El lápiz siempre fue el héroe que,

Aunque silencioso,

Rompía todos los silencios Y leía todas las cartas.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Todavía le duele


Le duele,
Aquí dentro,
Donde le laten las ideas,
Y le marean los problemas.

Le duele cuando piensa
En pensar demasiado
Encerrada tras sus ojos
Ya no tiene espacio.

Le estallará el cráneo
En miles de sensaciones
Que le llenan, vacía,
De tus canciones.

Porqué le duele,
Aquí dentro.
Porqué al recordarte, al escribírte,
Le duele hasta el papel.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

El asfalto de Nueva York


La ciudad respiraba metal
Mientras el movimiento soltaba ruido
Y las ventanas cerradas se rompían
Porque ya no aguantaban contener más vidas.

El asfalto ahogaba los pies,
La calle se remontaba hacía el mar,
Y los árboles, por una vez,
Miraban arriba y no todo era azul.

Con vistas al mar


Un ejército de mil lunas
Tarda en llegar
Para no volver atrás.

Llega un no respirar
Que ya me quita el aire
Vaciando mis letras
Marcando mis metas.

Una cima alta,
Con vistas al mar y servicio de limpieza,
A la cual ahora dudo
Si de verdad quiero llegar.

Porqué cuanto más te gritan, menos oyes.
Y cuanto más te piden, menos tienes.

Hacia la otra cara de la Estrella Polar


¿Sabes adonde llegaremos?
Al final, un poco más allá.
Hacia la otra cara de la Estrella Polar,
La cola de la Osa Mayor.

Llegaremos adonde todas las poesías
Están escritas en cursiva,
Y las canciones nunca pierden el ritmo.

Volaremos hacia Rusia para quejarnos del frio y volver.
Viajaremos al Caribe para ahogarnos sobre el mar,
Y sacar una foto y colgarla
En la pared.

Llegaremos ahí donde nadie
Sabe cómo llegar
Y les dibujaremos un mapa
Con el norte al otro lado.

Entonces, cuando ya hayamos llegado a todos estos lugares,
Abriremos los ojos y nos despertaremos,
Para volver a soñar otra vez.

Hasta Australia


Para cuando entré ya se enjuagaba los ojos
De mareas tempestuosas
Que se llevaban los cangrejos,
Que, aunque ya se sepa,
Caminan de lado
Y nunca avanzan.

Para cuando llegué ya volaba,
Entre la ventana y el suelo
Y seguía hasta más abajo,
Y llegaba hasta Australia.

Le perdí, teniéndolo a mi lado,
Le amé sin amor,
Porque estaba demasiado oscuro
Para oír
Sus latidos.

Y así él buscó un final que ya había terminado.
Había hecho las maletas y,
Después de esperar el tren durante días,
Lo cogió.

Y la curiosidad salvó al gato

Ella era de esa clase de chicas que se recogen el pelo en dos trenzas perfectas después de lavarse los dientes para no despeinarse durante la noche. De la clase de chicas que llevan las uñas perfectas, ni devoradas ni que arañen demasiado. Era amable, tímida, callada y educada. Era pequeña y parecía frágil. Nunca había sentido su corazón latir con prisa en otras ocasiones que no fueran una buena novela o una gran película. Una vez aspiró una calada de cigarrillo. Y se sintió fatal por eso, después de toser todo el humo que sus pulmones rechazaban. En fin, ella era de esa clase de chicas que prefieren un corazón virgen a un corazón roto. Hasta que un día se soltó el pelo en una melena larga y quiso saltar, para ver si en realidad esa caída le haría volar. La curiosidad, supongo, aparte de matar gatos también revive a otros.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Aire ahogado




Hay un aire que se me queda en la tráquea,


Cuando luchas contra mi pelo


Por ocupar mi rostro.


Un aire que no quiere salir,


Y me oprime el pecho.


Mi estomago huye


De tantas mariposas


Que le muerden hasta perder el hambre.


Y solo me queda un vacío de esto


De aire comprimido


Que sale en suspiro entre tus dientes.