miércoles, 13 de noviembre de 2013

Hasta Australia


Para cuando entré ya se enjuagaba los ojos
De mareas tempestuosas
Que se llevaban los cangrejos,
Que, aunque ya se sepa,
Caminan de lado
Y nunca avanzan.

Para cuando llegué ya volaba,
Entre la ventana y el suelo
Y seguía hasta más abajo,
Y llegaba hasta Australia.

Le perdí, teniéndolo a mi lado,
Le amé sin amor,
Porque estaba demasiado oscuro
Para oír
Sus latidos.

Y así él buscó un final que ya había terminado.
Había hecho las maletas y,
Después de esperar el tren durante días,
Lo cogió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario