jueves, 30 de julio de 2015

Fresa sabor a chicle



Me haces deliberar

Ante un jurado mudo

Si mi vida va a ser tal y como la quería,

O tal y como todo el mundo la esperaba.

Que me cansé de tópicos y ahora los silbo en la ducha.

Que me pregunté valores

Que ahora ya ni recuerdo.

Que me juré, a mi misma

Por todo mi ser

Que nunca, nunca

Iba a dejarme llevar

Por la corriente

Como los peces ahogados,

Que viviría aventuras,

Y me haría fuerte.

Que escribiría poemas,

Que no fueran de amor.

Y ahora sólo pienso en dulces

Pegajosas

Baladas



Con sabor a fresa.

La costumbre de la nostalgia



Al fondo del armario guardaba

Un viejo camisón

Que ella se dejó.

Y cada noche antes de dormir

Esnifaba cada pedazo

De olor a recuerdo

Hasta que el olfato se acostumbraba

y solo olía a sábana blanca y cansada.

Y en sueños siempre había perfume

y sus labios entre pelo

Pegados al colchón.

Hasta que un día cogió tan fuerte

el camisón,

Que el olor se marchó



Cansado de ese ir, ese volver, ese desastre.

Personas erosionadas

Creo en la existencia de personas rotas. Sí, como aquel que cree en las hadas pero en una versión más pesimista. Creo en las personas que, sin ninguna culpa de sus experiencias – o a veces por consecuencia de las mismas- ya llevan un procesador conectado que tiene un cable suelto. Personas que son difíciles de entender y no sabes por dónde cogerlas, resbaladizas y aun así muy sólidas y muy materiales. He conocido pocas en mi vida, alguien les definiría como melancólicos, románticos, poetas malditos. Solo sé que, semejantes a un agujero negro, aspiran todo su alrededor; tienen su propia gravedad. Son como una gran paradoja de la vida, ven las cosas muy bonitas pero aun así todo es siempre muy triste. Lo peor es enamorarse de una persona rota, porque te rompes tú también . Te obsesionan porque nunca los resuelves, cada vez que te acercas más a lo que crees que es su todo te das cuenta que no tienes nada. Y cuando todo te va bien, les echas de menos por sus complicaciones. Te hacen adicto a esa especie de nostalgia permanente y te dejan mirando una ventana con un horizonte detrás tal hipócrita intelectualizado. Entonces te das cuenta que puede que la persona rota fueras tú y no el otro.

Reversión de los hechos



Hay algo aquí ocurriendo,

Procesando, digiriendo, naciendo,

Niño, nunca sabrás que es porque nunca será del todo.

Esto es un cambio, una revolución individual para la democracia emocional,

Por ahora una confusión que florecerá en un salto

puenting sin cuerda ni cable ni un solo hilo que te aguante.

Volverás arriba, aun así, por el propio impulso de tu curiosidad

Una respiración de gas alucinógeno tan peligroso como el aire de tu ciudad,

Un pestañeo de bruma y sueños de oscuridad.

Espera el cambio, y cuando venga le das un manotazo,

Por tardar tanto, por no ser del todo, por arrimarse tanto a los besos de otro.

Hay algo aquí ocurriendo,

Floreciendo, marchitando, recuperando,

Dando a luz a nuevas respuestas de preguntas que nunca manoseaste,

Imponiendo un nuevo imposte de preocupación,

Una nueva melodía de una vieja canción.



Chico, nunca le pondrás nombre porque nunca se te va a presentar.

Vestigios



Es divertido como siempre

Aunque me vuelva una nueva

Versión de prueba

Un producto estrella

Una mera persona

A secas.

Sin temporada de lluvias,

Sin límites parecidos a un nunca

Sin esperas de tu aliento

En mi nuca.

Es gracioso que entonces

La reminiscencia de un vestigio

Que ya no es real de tantas veces que fue imaginado

Me vuelva a hacer

Esa que nunca intenté

Deseé, soporté,

Quise, pude



Ser.

Orugas explosivas



¿Por qué eso que nos maravilló en un antaño nos aburre un después? Sí, ya he oído mil veces que las cosas están en constante movimiento, nada persiste, nada consigue escaparse del paso del tiempo. Aun así, ¿algún rastro debe quedar, no?

Algunas huellas que seguir para volver a sentir ese sol quemándote la piel y esa brisa llevándosela, dejándote desnudo y rodeado de árboles ásperos, sentir un ejército de orugas trepando por tu columna vertebral y estallando en miles de mariposas africanas de vivos colores al llegar a tu cerebro. ¿Podré volver a sentir todo eso? ¿O me detendré en novedades más emocionantes, en libros nuevos, riesgos nuevos, y otra vez, fracasos nuevos?

viernes, 24 de julio de 2015

De melics i temporals




Vosaltres rai que encara teniu mars de llàgrimes salades per plorar i no sou c(s)ecs com les banyes de marfil que ens apunyalen els ulls a nosaltres, els vells, els morts de fam als quals la mort aguarda per robar primer la passió dels turmells cansats i els candaus encesos, i per endur-se més tard les interrogacions mundanes i trivals que ens desperta la vida. A vosaltres, que us espera un condol llefiscós, acalorat i humit quan us sentiu buits de dins, decorats amb llumins de nadal que pergueren les xàldigues pel camí rogenc de la mentida. Us espera la pausa silenciosa del viure en soledat, us esperen els càntics de la lluna plena les nits que feu tard, vora les tempestes de la resta. Us esperen les mantes abrigades de llana d’ocell de cendres i les ombres enfosquides del passat recent, que és l’únic que us crida i recorda. També us vetllaran algunes nits les cançons de la infància perduda i la innocència d’unes espardenyes empetitides esperant ser arrossegades contra el parquet despintat dels dies d’ahir. 

I un dia aixecareu els ulls
del vostre melic
i veureu que no heu mirat
en cap moment fora el tren,
només hi tiràveu pedres cegues
i les vies oxidades esclafien a riure
amb esbufecs cansats.