miércoles, 11 de diciembre de 2013

El mundo en tus manos


La emisora de radio borboteaba las últimas noticias bajo el parabrisas, que iba de un lado para otro sin coger ninguna gota. Que era Diciembre, y el tiempo se distrajo al Octubre, cuando, entre playas abarrotadas, el otoño saludaba efusivamente a unos meses que le pasaban de largo. Y después pensó: “¿Ah sí? Pues ahora el frío os va a venir de golpe”. Y así fue, de una noche para otra las plantas ya aparecían congeladas, los coches ciegos de cristales empañados y las calles resbaladizas de unos pocos transeúntes helados. La emisora paró, junto con el motor del coche, al llegar a su destino. Quitó las llaves y dio un último suspiro antes de salir. No había mucho hielo en el lago, esa noche. Y él ya la esperaba. Con una bufanda gris y colonia de lavanda. No, espera, no es una historia de amor, ni de corazones rotos. Él la esperaba con esa bolsita en la mano, los gramos de cada semana. Se dirigieron un seco saludo. Fueron al grano  y poco después ya volvía a estar dentro del coche.
Ella había tenido el universo entre sus manos, ella tenía el universo entre sus manos, pero se lo guardó en el bolsillo porque le molestaba. Y abrió la bolsita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario