A veces, entre su
pelo
Olía las rosas
del jardín
Y el té por la
mañana.
A veces, me
escondía
Entre su cuello,
Y esos rizos
dorados
Me mantenían
callado.
A veces, se le
erizaban
Hasta las puntas
De los remolinos
Que se deslizaban
(por su espalda)
Al tocar el cielo.
A veces, se
giraba de golpe
Y limpiaba toda
la habitación
De cosas que no
brillaran tanto
Como su pelo.
Y a veces
también,
Se peleaba con
él,
Por ponerse en
medio
Y lo confinaba a
las alturas
De un moño
deshecho.
Y siempre le dije
Que me gustaban
sus ojos
Aunque nunca
comenté
Que la encontraba
más guapa
Cuando el pelo se
le metía en ellos.
A veces, la
quise,
Y ahora, que lleva el pelo corto
ahora todavía la quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario