Ella creía en los extraterrestres de piel verde. Ella creía en esos universos paralelos donde sus errores no fueron cometidos. Ella creía en que si dabas vueltas a la tierra muy rápido en un cohete el tiempo no pasaba nunca. Creía en los sueños que te llevaban tan lejos que no volvías nunca. Ella creía en todo lo que le parecía increíble.
Y un día mirando al cielo, se preguntó si su luz seguiría brillando para los otros cuando se les acabara el amor. Como esas estrellas que nos llenan el cielo a pesar de llevar años muertas.
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