In your arms baby, I don't feel no spring in winter but I guess I can do without galoshes. In your arms baby, I don't hear no angels sing but maybe I forgot to turn on the phonograph. DIANE DI PRIMA
sábado, 13 de julio de 2013
Gerundio del olvido
Corriendo detrás de grandes expectativas que se derriten como el
hielo bajo un sol que quema demasiado. Corriendo detrás de los minutos
que se me escapan de la mano. Buscando las decisiones que nunca se tomar
sin mi indecisión. Volando entre los errores que cometo una y otra vez.
Buscándote cuando ya hace tiempo que te has ido, intentando no pensar,
en nada, para poder no recordarte. Encontrando nuevos caminos que
tientan mis ganas de olvidarte. Esperando que un día vuelvas y me digas
que te fuiste solo para poder volver mejor. Sabiendo que nunca lo vas a
hacer. Acabando con las emociones que sentí contigo y intentando recibir
las nuevas. Respirando, el aire que me queda sin ti.
viernes, 12 de julio de 2013
Dulce locura
Ella siempre pensó que estaba loca, des del día en el que se dio
cuenta que el suelo era frío, bajo, demasiado seguro para ella, y
decidió empezar a caminar de pié. A ella nunca la gustaron las muñecas,
en la escuela se sentaba sola a mirar a los otros niños reír y vivir,
ella se sentía viva, pero de un modo distinto.
Yo creo que siempre vio la casa des de la carretera, ¿que por qué no entró? Nunca lo he descubierto, puede que porqué tuviera miedo a tener que decidir entre la puerta principal y la puerta trasera, una elección demasiado difícil. Así que se quedó allí, para siempre, observando gente entrando y saliendo de las casas de los vecinos, viendo amos de llaves cerrar sus puertas para siempre, y decididas jóvenes abriendo hasta la última ventana, hasta la última oportunidad.
Ahora que lo pienso, puede que no entrara en ninguna casa porqué su lugar era ese, la calle, donde no hay puertas ni ventanas, es tan fácil entrar que a veces nadie se queda para más de un rato.
¿Por dónde iba? Ah, sí, siempre lo pensó, que estaba loca, de remate. Majareta. Con la cabeza en las nubes y los pies en el sol. Chalada. Ida.
Aunque no lo consideraba malo, siempre dijo que sin locura no se puede entender nada, sin locura no hay personas. Un día me explicó que hay gente demasiado precavida, que ellos no escuchan la vida, solo la oyen pasar, en un rumor lejano.
Así que ella quiso vivir con el volumen a tope. En sus tímpanos resonaban todas las locuras que hizo. Y uno no puede imaginar el numeroso montón de magulladuras que quedaron en su alma. Su cuerpo era fuerte, lleno de vitalidad, ¿sus opiniones? nadie las derribaba… pero su alma, Dios… su alma era frágil como una pequeña mariposa, por eso un día no pudo aguantar más, y se marchó.
Te preguntaras cómo una persona puede seguir en vida sin su alma. Pues bien, yo también me lo pregunto, y puedo asegurarte que no vas a encontrar una respuesta.
A partir de ese día sus tormentas aumentaban, podías verla gritar en silencio cuando, entre forzadas sonrisas, te decía "todo va bien, estoy bien, no te preocupes más y vete ya a vivir tu vida, que para algo es tuya y no mía". Se encerró en esa casa que nunca tuvo, y se fue quemando poco a poco toda su vitalidad.
Ella siempre pensó que estaba loca, desdes del día en el que se dio cuenta que el suelo era frío, bajo, demasiado seguro para ella, y decidió empezar a caminar de pié; hasta el día que su corazón se paró, triste porqué su alma no volvía.
Yo creo que siempre vio la casa des de la carretera, ¿que por qué no entró? Nunca lo he descubierto, puede que porqué tuviera miedo a tener que decidir entre la puerta principal y la puerta trasera, una elección demasiado difícil. Así que se quedó allí, para siempre, observando gente entrando y saliendo de las casas de los vecinos, viendo amos de llaves cerrar sus puertas para siempre, y decididas jóvenes abriendo hasta la última ventana, hasta la última oportunidad.
Ahora que lo pienso, puede que no entrara en ninguna casa porqué su lugar era ese, la calle, donde no hay puertas ni ventanas, es tan fácil entrar que a veces nadie se queda para más de un rato.
¿Por dónde iba? Ah, sí, siempre lo pensó, que estaba loca, de remate. Majareta. Con la cabeza en las nubes y los pies en el sol. Chalada. Ida.
Aunque no lo consideraba malo, siempre dijo que sin locura no se puede entender nada, sin locura no hay personas. Un día me explicó que hay gente demasiado precavida, que ellos no escuchan la vida, solo la oyen pasar, en un rumor lejano.
Así que ella quiso vivir con el volumen a tope. En sus tímpanos resonaban todas las locuras que hizo. Y uno no puede imaginar el numeroso montón de magulladuras que quedaron en su alma. Su cuerpo era fuerte, lleno de vitalidad, ¿sus opiniones? nadie las derribaba… pero su alma, Dios… su alma era frágil como una pequeña mariposa, por eso un día no pudo aguantar más, y se marchó.
Te preguntaras cómo una persona puede seguir en vida sin su alma. Pues bien, yo también me lo pregunto, y puedo asegurarte que no vas a encontrar una respuesta.
A partir de ese día sus tormentas aumentaban, podías verla gritar en silencio cuando, entre forzadas sonrisas, te decía "todo va bien, estoy bien, no te preocupes más y vete ya a vivir tu vida, que para algo es tuya y no mía". Se encerró en esa casa que nunca tuvo, y se fue quemando poco a poco toda su vitalidad.
Ella siempre pensó que estaba loca, desdes del día en el que se dio cuenta que el suelo era frío, bajo, demasiado seguro para ella, y decidió empezar a caminar de pié; hasta el día que su corazón se paró, triste porqué su alma no volvía.
Siempre volvemos
Porqué vuelves, siempre lo haces. De echo, volvemos, los dos. Nos
vamos de vacaciones pero somos nuestra pequeña y escasa rutina. Eres mi
rutina, la que me hace sentir a salvo dentro de la palma de tu mano.
Eres mi tierra firme en medio del mar. Mi sombra cuando el sol quema y
da dolor de cabeza. Mi lluvia cuando esta todo sucio.
Y solo siento un minúsculo temor, a que la proxima vez no vuelva yo, y te quedes tu allí, con tu tierra y tu sombra y tus gotas de lluvia.
Tengo miedo a encontrar otras.
Y solo siento un minúsculo temor, a que la proxima vez no vuelva yo, y te quedes tu allí, con tu tierra y tu sombra y tus gotas de lluvia.
Tengo miedo a encontrar otras.
Intocables
Con los brazos abiertos espero tu mejor golpe, para que veas que no caeré así como así. Rodeada de botellas que solo contienen aire ahogado. Con besos sin sentido, como las palabras sin orden. Con rumbo indefinido, como papel que no se quema nunca. Con humo denso que lo transluce todo a partes, como cristal roto. Y las velas derramando cera caliente que se solidifica al llegar a nosotros. Como si nada nos pudiera tocar. Miremos arriba y dejemos todo eso atrás.
lunes, 8 de julio de 2013
Oscuridad
Cuando era pequeña me daba miedo la oscuridad, me tapaba con el edredón hasta la nariz, no quería cerrar los ojos del todo aun que no viera nada. Al filtrarse una luz de las farolas por la persiana me estremecía al ver todas las sombras que se dibujaban.
Cuando te haces mayor, estas ya tan cansado de la lucha con el día, que al cerrar la luz ya no te quedan fuerzas para pensar si habrá un monstruo dentro del armario.
Pero los adultos también temen a la oscuridad, pero no exactamente a este tipo de oscuridad.
Cuando te haces mayor, empiezas a ver gente cayéndose en ella, en esa otra oscuridad llena de sombras movedizas. Muchos no vuelven. Esa oscuridad de besos pagados, luces difusas, mentiras en sonrisas, cristales rotos y vahos de alcohol. Les atrapa, absorbe todo lo que son. Esa oscuridad empieza por no gustarte, te alejas de ella, enciendes mil pequeñas velas para echarla. Pero en algunos momentos viene y te consigue persuadir con sus promesas impredecibles, con sus aromas embriagadores que tanto te marean el alma. Y una vez le has dado la mano, te coge todo el brazo, sopla y apaga cada una de las velas que tu habías encendido tan cuidadosamente.
Algunos vuelven a ver una luz que se filtra por la persiana. Otros nunca.
Cuando te haces mayor, estas ya tan cansado de la lucha con el día, que al cerrar la luz ya no te quedan fuerzas para pensar si habrá un monstruo dentro del armario.
Pero los adultos también temen a la oscuridad, pero no exactamente a este tipo de oscuridad.
Cuando te haces mayor, empiezas a ver gente cayéndose en ella, en esa otra oscuridad llena de sombras movedizas. Muchos no vuelven. Esa oscuridad de besos pagados, luces difusas, mentiras en sonrisas, cristales rotos y vahos de alcohol. Les atrapa, absorbe todo lo que son. Esa oscuridad empieza por no gustarte, te alejas de ella, enciendes mil pequeñas velas para echarla. Pero en algunos momentos viene y te consigue persuadir con sus promesas impredecibles, con sus aromas embriagadores que tanto te marean el alma. Y una vez le has dado la mano, te coge todo el brazo, sopla y apaga cada una de las velas que tu habías encendido tan cuidadosamente.
Algunos vuelven a ver una luz que se filtra por la persiana. Otros nunca.
domingo, 7 de julio de 2013
Hogar, dulce hogar
Mi hogar es donde quiera que estén mis sonrisas. Mi hogar es donde me espere un "buenas noches" entre la luna y las estrellas, y me despierte un "buenos días" con café y luz del sol. Mi hogar es donde no quiera escapar. Donde camino para llegar a algún lugar. Mi hogar es donde puedo respirar, cantar y gritar si quiero. Donde no hay voces, ni ojos sobre mí. Donde la vida es un paseo y los problemas solo una sombra. Donde mis demonios no me alcanzan. Donde tu y yo y todos somos un nosotros que se llevan bien en el conjunto. Donde descubro que todo es posible y nada es platónico. Donde se que esto y ahora es real. Mi hogar es mi gente. Mi hogar es mis canciones en la ducha y mis películas de domingo por la tarde. Mi hogar son mis libros. Mi hogar son mis letras.
Y puedo asegurar ahora y aquí mismo que no lo cambiaría por nada.
Y puedo asegurar ahora y aquí mismo que no lo cambiaría por nada.
sábado, 6 de julio de 2013
Déjame
Déjame caminando entre tus equilibradas palabras, porque las mías siempre me intentan derrumbar. Deja que camine a tu lado, mientras el viento frío me recuerda que no siempre has estado ahí. Deja que un escalofrío me roce la columna, sensación que me recorre al oír tu voz. Deja que me esconda en los camerinos de tu cuello. Deja que me quede entre tus brazos, y me encante entre tus pequeñas imperfecciones. Deja que me duerma sin pensar en un después, o un mañana. Deja que me olvide de todo esto, ayúdame a ver que todo es muy poco aunque parezca demasiado. Deja que me vaya de esta ciudad, de esta gente que susurra. Deja que desconecte de el papel que me ha tocado en el reparto de esta obra.
No dejes que me vaya, deja que me quede, dime que me quede, y me quedaré.
No dejes que me vaya, deja que me quede, dime que me quede, y me quedaré.
Palabras sin camino
Cierro los ojos y todo se percibe más oscuro de lo normal, las luces se van al romper el silencio. Letra tras letra no hay palabras que puedan describir esto, esta nada que lo contiene todo. Es como ver el mundo bajo el cloro de la piscina, cuando sumergida en el agua miras hacia arriba y todo son pequeños destellos de luz y siluetas borrosas. Lo veo todo así.
Y el café por las mañanas sigue amargo aunque lleve montones azúcar. El sol lo gasta todo y ya solo queda una superficie lisa; como el agua sin olas ni sal ;como el camino sin piedras; Como un libro sin letras.
Y así se va mi inspiración. Puedes robarme si quieres todo el tiempo, toda mi cabeza; puedes quitarme mis momentos y mis nuevas historias. Coge si quieres mi presente y mi futuro y hazme volver a tu pasado. Haz lo que quieras conmigo, pero deja mis letras aquí.
Porqué los días que vuelvo a casa con otro suspiro más, las palabras no brotan de esta fuente seca y entonces no puedo sacarme a mí de mi misma y eso duele, duele mucho. Así que devuélveme todo esto, todo lo que siempre me queda al final del día, todo lo que soy cuando no quedo más que yo.
viernes, 5 de julio de 2013
Queremos una historia
No buscamos el amor, buscamos una historia de amor. Buscamos detalles de película y momentos de poesía. Queremos realidades ficticias y a la vez fantasías de piel y besos. Queremos mucho de algo que tenemos poco, porqué si tenemos más ya solo queremos un trozo. Queremos que nos quieran pero no demasiado, queremos querer mucho y ser deseados.
Queremos estar arriba pero mirar desde abajo. Queremos una historia, una historia que algún día podamos recordar, e escribir.
jueves, 4 de julio de 2013
Sin camino
Ellas quieren que odie. Sí, esas voces, esas personas, que gritan en silencio mis errores. Con prejuicios de la vida que decidí llevar. Quieren que yo también grite. Quieren que vea el mundo con ese filtro que mete a la gente en tarros y los encuaderna en etiquetas, los marca para el resto de sus vidas, marcando también el camino que van a seguir.
Pues, les digo a todas esas voces que yo no quiero un camino.
Les digo que no voy a odiar, simplemente voy a respirar hondo y pensar, pensar claro y alto, tan alto que todos los otros pensamientos lo oigan. Y pensaré en eso, en que no hay cadenas si las rechazas, como no hay sombras si enciendes la luz.
¿Qué nos está pasando? Solo somos un rastro, un rastro de eso que éramos...Ah sí, humanos, con valores, con espejos reflejando que somos todos diferentemente iguales. Nos volvemos marionetas, que unas pocas manos hacen bailar, respiramos por metal y deseamos simple papel. Viajamos en un tren sin andén, que nos lleva hasta un desenlace fatal, no nos querrá ya la luna ni sus mareas, no cantará ya ningún pájaro cuando nos demos cuenta que todo ha salido mal.
Pues, les digo a todas esas voces que yo no quiero un camino.
Les digo que no voy a odiar, simplemente voy a respirar hondo y pensar, pensar claro y alto, tan alto que todos los otros pensamientos lo oigan. Y pensaré en eso, en que no hay cadenas si las rechazas, como no hay sombras si enciendes la luz.
¿Qué nos está pasando? Solo somos un rastro, un rastro de eso que éramos...Ah sí, humanos, con valores, con espejos reflejando que somos todos diferentemente iguales. Nos volvemos marionetas, que unas pocas manos hacen bailar, respiramos por metal y deseamos simple papel. Viajamos en un tren sin andén, que nos lleva hasta un desenlace fatal, no nos querrá ya la luna ni sus mareas, no cantará ya ningún pájaro cuando nos demos cuenta que todo ha salido mal.
miércoles, 3 de julio de 2013
Encontrémonos
Vamos a ningún lugar donde en vez de perdernos nos encontremos. Creo que ya hace demasiado que el rumbo se desvía. La aguja no señala el norte porqué el sur salió corriendo. Y nosotros confusos sin ver el sol salir, no sabemos hacia donde mirar. Vamos a derretir las ruedas en un viaje de carretera y desierto, vamos a escuchar la música tan fuerte que sabremos tener oídos sordos a palabras necias. Al final, cuando el aire de dióxido de carbono se filtre en nuestros pulmones, y el mar se confunda con la gran metrópoli, cuando los gusanos se coman los billetes y estos sean solo papel, nosotros podremos decir que nos pudimos escapar de todo esto justo a tiempo.
Levántate, ahora.
Demasiado jóvenes para preocuparnos. Si la vida se gira del revés, aprende a caminar así. No hace falta ahogarse en un charco de lluvia, no hace falta intentar salvarte si el agua solo te llega por los talones. Coge el toro por los cuernos y aprende a chapotear en tus problemas sin salpicarte.
Pasas por la vida y escuchas continuamente "Ojalá fuera tan fácil", y es que la gente no se da cuenta que sí lo es. Solo hace falta un "clic", un interruptor, una bombilla encendida, y lo puedes ver todo mucho más liso. A veces nos quedamos allí, cuando caemos, en el suelo, nos gusta probar su sabor y quejarnos de que está ahí. Nos quejamos, gritamos, nos enfadamos... aunque muchas veces no actuamos.
Y si respiras sin aire, si notas un gusto salado resbalando por tu confusión, si tus costillas se mueven sin conseguir una bocanada de oxigeno, si ves tu camino borroso y te encierras en ti mismo, si nadie te coge del brazo y te saca de allí de un empujón; tienes que levantarte tu solo, recoger los pedazos, olvidar y seguir andando.
Y ¿sabes? no es malo levantarte solo, cuando llegas donde quieres verás que todo puede salir bien.
Solo tienes que levantarte. Levántate, ahora.
Pasas por la vida y escuchas continuamente "Ojalá fuera tan fácil", y es que la gente no se da cuenta que sí lo es. Solo hace falta un "clic", un interruptor, una bombilla encendida, y lo puedes ver todo mucho más liso. A veces nos quedamos allí, cuando caemos, en el suelo, nos gusta probar su sabor y quejarnos de que está ahí. Nos quejamos, gritamos, nos enfadamos... aunque muchas veces no actuamos.
Y si respiras sin aire, si notas un gusto salado resbalando por tu confusión, si tus costillas se mueven sin conseguir una bocanada de oxigeno, si ves tu camino borroso y te encierras en ti mismo, si nadie te coge del brazo y te saca de allí de un empujón; tienes que levantarte tu solo, recoger los pedazos, olvidar y seguir andando.
Y ¿sabes? no es malo levantarte solo, cuando llegas donde quieres verás que todo puede salir bien.
Solo tienes que levantarte. Levántate, ahora.
martes, 2 de julio de 2013
Ingenua inocencia
Todo empezó allí, en esa inocencia de cuentos de hadas y películas que siguen un mismo patrón de historia irreal y desesperanzadora. Yo creía en ese para siempre, que irónicamente solo duraba la hora y media de banda sonora y palomitas en el sofá. Todo empezó allí, justo delante de un nuevo mundo de adultos mentirosos y perversiones degeneradas que parecían arco iris, canciones lentas, cosas dulces y frases previamente ensayadas. Me topé con los esquemas que la sociedad se ponía en este baile de mascaras y que todo el mundo parecía adorar irremediablemente. Y así como todos lo hacían, yo también lo adoré.
Me conformé con tan poco que al final yo era menos que todo eso. Creía que en todo había algo bueno y por eso no podía ver lo malo. La inocencia es demasiado ingenua. Eso no era amor platónico, ni adolescente, eso no era ningún tipo de amor.
Y hace poco encontré un camino, que cambia cada vez que avanzo, mis ideales son todavía jóvenes y tengo mucho por ver. Ahora sé que los hombres no son de cuento, y las mujeres no son de revista. Sé que mi inocencia se ha esfumado un poco, y aún así creo todavía en que siempre, en el fondo, hay algo bueno.
Me conformé con tan poco que al final yo era menos que todo eso. Creía que en todo había algo bueno y por eso no podía ver lo malo. La inocencia es demasiado ingenua. Eso no era amor platónico, ni adolescente, eso no era ningún tipo de amor.
Y hace poco encontré un camino, que cambia cada vez que avanzo, mis ideales son todavía jóvenes y tengo mucho por ver. Ahora sé que los hombres no son de cuento, y las mujeres no son de revista. Sé que mi inocencia se ha esfumado un poco, y aún así creo todavía en que siempre, en el fondo, hay algo bueno.
Calles infravaloradas
Me asombran las calles. Sí, algo tan simple como un camino asfaltado rodeado de balcones y portales, con pequeñas farolas de luces nocturnas.
¿Nunca te has parado a pensar lo mucho que puede significar una calle?
Una calle puede ser ese lugar donde recibiste tu primer beso, o donde alguien te dejó al descubierto todos sus sentimientos, una calle puede ser el principio de algo. Una calle puede ser donde vas a buscar ayuda a gritos cuando necesitas a tu amigo. Una calle es donde hacías pasear tus muñecas vestidas con trapos mal cosidos como si fueran mujeres elegantes, y te lo parecían. Una calle es donde la pelota de tu vecino se coló mil veces en el balcón de la vecina gruñona. Una calle es donde vas a esconderte de tus enemigos, en busca de un rincón donde no te vean. Una calle es donde te quedaste dormido un sábado noche que fué demasiado loco. Una calle es donde pasaste corriendo con prisas y no te dio tiempo a mirar el cielo. Una calle es donde perdiste las ilusiones que alguien te había regalado, es donde te robaron las sonrisas y las sustituyeron con desamores. Una calle, dónde se te cayeron las monedas que llevabas en el bolsillo y después no encontraste.
Y es sólo eso, una calle.
¿Nunca te has parado a pensar lo mucho que puede significar una calle?
Una calle puede ser ese lugar donde recibiste tu primer beso, o donde alguien te dejó al descubierto todos sus sentimientos, una calle puede ser el principio de algo. Una calle puede ser donde vas a buscar ayuda a gritos cuando necesitas a tu amigo. Una calle es donde hacías pasear tus muñecas vestidas con trapos mal cosidos como si fueran mujeres elegantes, y te lo parecían. Una calle es donde la pelota de tu vecino se coló mil veces en el balcón de la vecina gruñona. Una calle es donde vas a esconderte de tus enemigos, en busca de un rincón donde no te vean. Una calle es donde te quedaste dormido un sábado noche que fué demasiado loco. Una calle es donde pasaste corriendo con prisas y no te dio tiempo a mirar el cielo. Una calle es donde perdiste las ilusiones que alguien te había regalado, es donde te robaron las sonrisas y las sustituyeron con desamores. Una calle, dónde se te cayeron las monedas que llevabas en el bolsillo y después no encontraste.
Y es sólo eso, una calle.
lunes, 1 de julio de 2013
Salta lejos del pasado
Respira hondo. Solo es un sueño más. Cada noche te duermes así, soñando en colores desgastados, y te levantas en blanco y negro. Y así constantemente.
Saca todo el aire viejo de ti. Solo es un paso más. Y las piernas que ya avanzan solas, ellas nunca se van a cansar de llevarte.
Cierra los ojos. Solo es un rayo de sol, que una vez más, te ciega y no te deja ver por donde vas.
Ahora, salta al vacío para que te puedas llenar de novedades y olvidar las viejas fotografías.
Salta, y no mires atrás.
Respira, saca el aire, cierra los ojos y salta.
Saca todo el aire viejo de ti. Solo es un paso más. Y las piernas que ya avanzan solas, ellas nunca se van a cansar de llevarte.
Cierra los ojos. Solo es un rayo de sol, que una vez más, te ciega y no te deja ver por donde vas.
Ahora, salta al vacío para que te puedas llenar de novedades y olvidar las viejas fotografías.
Salta, y no mires atrás.
Respira, saca el aire, cierra los ojos y salta.
Inconstante verdad
Y la verdad del amor es que la sabes a las cuatro de la mañana, cuando tienes la almohada pegada a los ojos cerrados y de golpe los abres. Y lo descubres.
La verdad del amor es que va y viene, nunca de la misma forma, pocas veces se queda. Te engaña con sus trucos y te hace ser un romántico errante que vaga por todas las esquinas de una habitación redonda.
La verdad del amor es que se va quemando hasta que ya no queda más, y así una y otra vez.
La verdad del amor es que te hace ver la perfección en las situaciones mas humillantes, te hace ver el mundo con unas gafas rosas que poco a poco te queman la vista con su lente.
La verdad del amor es que nadie la sabe, porque cambia constantemente.
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