Déjame caminando entre tus equilibradas palabras, porque las mías siempre me intentan derrumbar. Deja que camine a tu lado, mientras el viento frío me recuerda que no siempre has estado ahí. Deja que un escalofrío me roce la columna, sensación que me recorre al oír tu voz. Deja que me esconda en los camerinos de tu cuello. Deja que me quede entre tus brazos, y me encante entre tus pequeñas imperfecciones. Deja que me duerma sin pensar en un después, o un mañana. Deja que me olvide de todo esto, ayúdame a ver que todo es muy poco aunque parezca demasiado. Deja que me vaya de esta ciudad, de esta gente que susurra. Deja que desconecte de el papel que me ha tocado en el reparto de esta obra.
No dejes que me vaya, deja que me quede, dime que me quede, y me quedaré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario