No sabes que estás en caída libre hasta que tocas fondo. Y te das contra el
suelo con esa fuerza inocente de pensar que todo iba bien. Te gustaba el aire.
Te gustaba volar. Aunque ahora empiezas a ver más clara toda esta oscuridad.
Toda esta mentira.
En el fondo lo sabías. Una voz muda te advertía de que nada es lo que parece, sobre todo cuando parece tan bonito. Tu solo te fuiste bajo la lluvia para callarla. Y ahora tocas fondo. Suelo. Inocencia a kilómetros por hora estampada contra el asfalto. Estupidez en un charco.
Pero sabes, lo bueno de tocar fondo es que ya no hay nada más por debajo. Solo hace falta tener claro que no sabes por dónde subir hasta que no miras arriba.
En el fondo lo sabías. Una voz muda te advertía de que nada es lo que parece, sobre todo cuando parece tan bonito. Tu solo te fuiste bajo la lluvia para callarla. Y ahora tocas fondo. Suelo. Inocencia a kilómetros por hora estampada contra el asfalto. Estupidez en un charco.
Pero sabes, lo bueno de tocar fondo es que ya no hay nada más por debajo. Solo hace falta tener claro que no sabes por dónde subir hasta que no miras arriba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario